Cada que llega el fin de año, no falta quien propone hacer un intercambio de listas con la mejor música de todos y cada uno de los 365 días que nos mantuvieron ocupados. La verdad, es una joda… Esto de privilegiar a un disco por encima de otro es la mar de complicado porque los discos no funcionan así, hay discos que son muy importantes para uno, pero no los escucha uno diario, sino sólo cuando tiene el mood correcto, hay discos que escuchas muchísimo, pero en esta intentona de agarrarles bien la onda e incluso los hay que: sabes que son importantes, puedes oírles todo lo que los críticos dicen de ellos, pero que aún así no conectan contigo. Claro, entonces el título correcto de cada artículo tendría que ser: “discos que sé que son importantes y no me gustaron tanto,” o “discos que escuché una sola vez pero, carajo, qué buenos son,” y de ahí pa’l real, sería una serie.
Así que esta lista posiblemente tenga muchas omisiones importantes (discos de los que no me acuerde bien,) hay chances grandes de que en enero escuche varias cosas que pedí y que no me han llegado (o que a la mejor ya llegaron, pero que no he podido escuchar porque estoy de viaje de los cuales varios son cassettes sin freebie digital,) más algunos que, de clavarme muchísimo más, sacaría porque se me ocurren otros mejores y bla, bla, bla, vamos, que ésto es lo mejor que pude hacer a sabiendas de que soy MUY nerd y una lista así requiere muchísimo esfuerzo de mi parte…
Así pues, acá les va mi lista de “los discos que considero muy importantes de este 2014 que se nos va”:
Vessel – Punish, Honey.- Con este disco me enojé, no por el disco, sino por las pendejadas que leí al respecto. Un vato decía que era más bien música “para una exposición avant garde” y no tanto un disco… Pfff, pinche disco chingón que, sí, es de difícil aproximación pero que, una vez que te animas, bien vale la pena el viaje por la fisicalidad de la música y lo original de la propuesta.
Kangding Ray – Solens Arc.- Otro que es un tanto difícil, pero que camina entre el techno más puro y preciosista, y los paisajes ambientales más distópicos que he oído en un rato. Gran disco de un veterano de la Raster Noton.
Slackk/Yamaneko/Mr. Mitch.- Este es el año que más grime he escuchado de toda mi vida, el género regresó con todo y estos tres artistas son quienes mejores cosas hicieron con él. Desde el grime duro y para puristas de Slackk, el híbrido entre new age y grime de Yamaneko, al grime sensible de Mr. Mitch, el universo del género que supuestamente había desaparecido no sólo encontró nuevos bríos, sino que al fin tiene el gravitas suficiente para tomar diferentes rutas que prometen mucho.
Lee Gamble – KOCH.- A medio camino entre el avant garde y la pista de baile, KOCH es de esos discos a los que regresé varias veces porque pintaba paisajes sonoros únicos que no le he oído a nadie más. Gamble es un vato que se la sabe cabrón.
Gigi Masin – Talk to the Sea.- Otro género que escuché un mogollón fue new age (no sólo lo escuché, sino que leí mucho sobre él también.) De todo lo que compré de new age este año, es sin duda alguna esta compilación del italiano Gigi Masin lo que más y más veces estuvo en rotación desde todos mis dispositivos móviles.
Traumprinz – All The Things.- No saben el desmadre que hice para comprar el LP de Traumprinz del año pasado, lo pedí a una madre que se llama Vinyl Digital en Alemania y ellos me mandaron antes una copia digital ripeada en sus estudios para que, unos 5 meses después, me llegara el doble vinilo por correo. No lo odio, pero sin duda no es mi hit… No es el caso de este EP, creo que es de mis discos favoritos de finales del año y posiblemente sea porque es más melódico y, curiosamente (sobre todo a sabiendas de que Traumprinz es también Prince of Denmark) es un gran release de deep house. El caso es que lo escuché hasta morir desde el día que alguien tuvo a bien pasarme su vinyl rip. Gracias, Vizzy.
Vril – Torus.- Éste es uno de esos casos que menciono arriba, no lo he escuchado muchísimas veces (salió muy tarde en el año, o más bien, llegó a mí hace nada,) pero sé qué tan importante es: MUCHO. Gran disco del mejor techno, profundo y melancólico, de lo mejor del año sin duda.