Ayer me discutieron mucho sobre si Spotify es o no una buena opción para los músicos, muchas de las dudas con las que me llegaron estaban relativamente claras en el artículo original (el que venía en la liga,) o en la gráfica que, sí, es viejita, pero no es como que Spotify esté dando un mejor rate ahora…
Al final, el mensaje es claro: Spotify se queda con 7 de los 10 dólares que cuesta su suscripción al mes, pero no se los da por igual a todas las bandas y el resto “se distribuye entre los artistas basado en el porcentaje de audiencia sobre todas las reproducciones.” El pedo es que, sin un buen PR de por medio, las bandas indie no tendrán jamás tantas reproducciones como los Bruno Marseses y las Ariana Grandes de la industria. Pero, de manera todavía más importante, lo que esto fomenta es que las disqueras le den predilección al pop genérico más pinche, facilote y vendedor…
En el cine es todavía más fácil de explicar. Hace 5 años exactos, Inception era la única película original en haber entrado entre las “blockbusters.” No sé si sepan, pero Inception fue resultado de que Nolan amenazó con no dirigir más secuelas de Batman si no le financiaban su pet project. Así pues, con el gran éxito que logró en taquillas ese año, compartió los primeros diez peldaños en ventas con: precuelas, secuelas, reboots, remakes, adaptaciones de novelas para jóvenes adultos y adaptaciones de cómics.
En música, la traducción más acertada sería decir que actualmente, músico que quiera sobrevivir desde la independencia tiene que contratar a boutiques de PR para que les lleven sus planes de prensa y medios, ojo, en el ambiente como está el día de hoy, las disqueras major tienen un trato más o menos parecido con la diferencia de que en algunos lados todavía tienen mayor fuerza que una boutique indie. Pero ese facilismo de pensar que: sólo porque esté gratis en la red es famoso, o porque lo puedes ver en YouTube, o porque está en Spotify ya te van a conocer fans suficientes como para tú poder vivir de tus conciertos y merchandise me parece tramposo… Sí ayuda que la música esté en todos lados, claro, pero no necesariamente hace más fáciles las cosas.
Y bueno, yo hace muchos años hice un par de posts al respecto y, en su momento, los pelaron a medias. Creo que vale la pena recuperarlos para complementar el tema de ayer. Les dejo entonces el video de Shallow Rewards hablando sobre la realidad de los streamings y a Stefan Goldmann hablando de cómo hacerla en la electrónica desde la independencia (el texto original ya no está en ninguna página, es mi documento de Google Docs.)