Antes, cuando era yo un joven rapazuelo, la onda era hacerle cassettes a morras y amigos para impresionarlos y quedar bien con ellos, uf, era todo un ritual que, dicho sea de paso, está bien ejemplificado en la que tal vez sea la mejor adaptación de una novela de Nick Hornby al cine: High Fidelity.
La verdad es que sí es un detalle más chulo que sólo mandar un correo con un zip. Según yo la única forma de que mandar una carpeta fuera un esfuerzo “cute,” sería si uno se tomara el trabajo de escribir la liga en una tarjeta, tal cual como lo hizo este niño, quien es un héroe y un genio, sobra decirlo:
Anyhoo, este mixtape se va hasta Bali y es para Aggie (a.k.a. el pequeño macaco balinés) porque le prometí hacer el esfuerzo de mandarle algo increíble diario.
https://www.youtube.com/watch?v=8UOtscTCJBk