Seré el primero en admitirlo: solía ser muy malinchista y todavía tengo BIEN poca música mexicana y, la neta, la neta, era por mamón y pendejo porque va en detrimento de mi cultura musical muy cabrón, además de que son mis raíces, de aquí soy y aquí me voy a morir (o, si muero en otro lado, acá me van a enterrar).
Lo bueno es que desde hace unos años a la fecha me he puesto muy macizo las pilitas y he estado escuchando todas esas cosas a las que nunca les entré en mis años mozos, cuando NADA era más cool que comprar discos importados en Supersound, Zorba, Discos Aquarius o Mix Up.
Es gracias a ésto que he escuchado joyitas como Casino Shanghai, Size, Ford Proco, Syntoma, pero también cosas mucho más mexicanas. Antes, recuerdo que me cagaba que Caifanes sonara mexicano (esas trompetas de La célula que explota eran mi kriptonita), se me hacía forzadísimo (la misma razón por la que nunca escuché Sangre Asteka de José Manuel Aguilera).
Pero he aprendido a entenderlo históricamente, toda esa época súper mexicana en la música, erm… mexicana, obedecía a una búsqueda de identidad, sobre todo porque después de los tristísimos hechos del 68, la represión significó durante un gran rato que, como bien decía El Tri, sólo podía tocar “el hijo de Díaz Ordaz”.
En fin, así como alguna vez en la difunta revista Sónika hicimos una lista de las bandas independientes que pre-databan al “boom indie” que se vivió cuando Radioactivo regresó como Reactor (y, toda proporción guardada porque nunca fuimos tan importantes como Reactor, estaba In-D en la tele), acá les van tres de los mejores discos MUY mexicanos con la idea de que no sean malinchistas como yo lo fui durante mucho tiempo.
Luis Pérez Ixoneztli – En el ombligo de la luna.- Hecho con dinero del IMSS, este es uno de los discos más importantes porque es la verdadera raíz del etnorock, además de ser uno de los discos más alucinantes que puedes escuchar con audífonos. Hay un par de reediciones de este trabajo, una en vinilo hecha por Sacred Summits, pero si vas a cualquier Mix Up podrás encontrar la que hizo el propio Luis en un combo con otro disco y un DVD que no cuesta ni doscientos pesos.
https://www.youtube.com/playlist?list=PLm2n7CR2WRlfqOpWriSRBdpS30gaElq0a
Chac Mool – Nadie en especial.- Imagínense qué tan poco popular resultó una copia original de este disco en La Roma Records que, al ser yo el único que siempre preguntaba por ella, terminaron regalándomela. Chac Mool fue nuestra primer banda de rock progresivo en editar un disco (salió un año antes que el disco de Luis Pérez Ixoneztli, en 1980) y sigue siendo uno de los discos más importantes de nuestro país, además de ser uno de los primeros discos mexicanos en tener sintetizadores.
Jorge Reyes y Antonio Zepeda – A la izquierda del colibrí.- Dice Luis Pérez que Jorge Reyes le robó su idea de hacer rock étnico, en una de esas sí, al final del día sí salió ganón Reyes porque es a quien todo mundo recuerda como el supuesto creador de género cuando a todas luces no es cierto (Ek-Tunkul salió 2 años después que El ombligo de la luna), pero no se puede negar la importancia de A la izquierda del colibrí, mismo que acaba de ser re-editado por Emotional Rescue.