Razones para escuchar la última entrega de Prins Thomas pueden sobrar, pero quizá la más importante radica en la simple e imperiosa necesidad de darle seguimiento a lo que este dj y productor hace, sólo porque sí. Paradise Goulash, sirve como tributo al legendario club Paradise Garage en Nueva York y en él, Thomas recopila tracks tan diversos en tres mixes que fluyen perfectamente entre sí y que, al mismo tiempo, uno creería que nadie es capaz de hilar de forma tan natural como él lo hace.
Desde el principio, Paradise Goulash nos advierte que nos llevará por un camino diferente, aparentemente poco transitado. El resultado son casi cuatro horas divididas entre tres mixes que en cierta manera emulan una noche (¿o un día completo?) de música, abriendo y cerrando con armonías que van muy lejos de lo que podemos esperar. Thomas se atreve a jugar con tracks oníricos al iniciar el primer mix con una canción de los noruegos Turns, para tomar rumbo hacia el garage, house, jazz, balearic, disco, pop y experimental.
Sin miedos ni restricciones, Paradise Goulash teje una experiencia sonora que por momentos puede hacernos creer que va hacia el caos, pero nos puede reconfortar o hipnotizar según el momento lo amerite. Tiene momentos casi oníricos y momentos de locura en los que uno puede perder la noción del lugar en el que se está, la hora o incluso del año, como si se tratara de una fiesta sin fin que decae y levanta constantemente. El último track que escuchamos es “Baby’s Arms” de Kurt Vile que cierra el círculo musical y parece despedirnos en la madrugada al emprender el camino a casa.
Prins Thomas deja en nuestras manos un compilado que no es otra cosa sino una demostración de su gusto musical, ecléctico -aunque el propio Thomas esté un poco renuente a aceptarlo- y emocionante, hilado maravillosamente y casi sin cuidado, con una fluidez excepcional.
Paradise Goulash cumple con una función:compartir la música y a la vez, es capaz de atrapar a los fans más adeptos e incluso a aquellos que llegan a Thomas por primera vez.
Andrea López Estrada.